El MANIFIESTO ARGENTINO
repudia las políticas y decisiones del macrismo en contra del desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en nuestra Patria

En tanto colectivo de ciudadanos/as que impulsa una alternativa al generalizado desastre nacional que se agrava día a día, El Manifiesto Argentino denuncia que el gobierno en el poder, aprovechando perversamente su legitimidad, ahora ataca y destruye el desarrollo autónomo en materia de C&T que se vino consolidando trabajosamente en los últimos años y que tantos beneficios trajo a la nación.

Frente a los absurdos y repudiables recortes presupuestarios implementados en materia de C&T, que afectan tanto al área ministerial como al Conicet –y que se expresan en fuertes recortes en centros de investigación, en universidades y en todo lo relacionado con el futuro nacional en esta área– El Manifiesto Argentino denuncia esta política suicida en términos de autodeterminación y desarrollo, que entrega soberanía y deteriora también así la calidad de la democracia, además de contradecir el mandato histórico de Manuel Belgrano, de que desde 1872 se hace ciencia en Argentina y de que tres de los cinco Premios Nóbel argentinos han sido científicos.

El mentiroso discurso oficial que cacarea la continuidad de las políticas en materia de C&T es desmentido entre otras medidas con el escandaloso recorte de vacantes al ingreso a la Carrera de Investigador Científico del Conicet. Es sabido que formar un investigador demanda como mínimo 12 años, siendo los requerimientos y antecedentes exigidos en la Argentina comparativamente superiores a los exigidos en otros países. Pero ahora, de los más de 900 postulantes recomendados para su ingreso a la Carrera de Investigador previstos para este año, y cuyos promedios fueron en general superiores a 9, y muchos con publicaciones en revistas internacionales prestigiosas, quedarán solamente 385. Así, y del modo más perverso, quienes veían jerarquizados sus roles y sentían que su país los valoraba y repatriaba, ahora serán posibles protagonistas de una nueva fuga de cerebros, con el consecuente desperdicio de años de esfuerzos invertidos.

La reducción presupuestaria general en el área es del 13%. En el INTA, organismo clave para la soberanía tecnológica en el agro, es de un 25%; y en el INTI, su equivalente industrial, de un 27%. El problema de los recortes en esta área vital para el desarrollo autónomo resulta entonces estructural, y este colectivo cree que deben ser pensados como parte de la violenta campaña de desprestigio de la educación pública que viene ejecutando el actual gobierno neoliberal.

En sólo un año el macrismo retiró al Estado de todos los procesos de desarrollo tecnológico autónomo: liquidaron el proyecto de desarrollo y construcción del satélite de telecomunicaciones Arsat-3 y abrieron las telecomunicaciones locales a satélites operados por empresas multinacionales, con lo que inician la liquidación de la incipiente industria nacional de satélites y la empresa Arsat. A la vez, liquidan nuevamente la industria de defensa cancelando el desarrollo de vagones a cargo de Fabricaciones Militares y de aviones en FAdeA. De hecho, los Pampa de fabricación nacional ya están siendo reemplazados por aviones Texans fabricados en los Estados Unidos. Y también se prepara la compra en Israel y otros países de radares que en la Argentina podría fabricar Invap.

El Manifiesto Argentino condena estas barbaridades que comete la administración macrista-radical, y llama a los investigadores y a la ciudadanía toda a defender las conquistas logradas en el campo científico-tecnológico, destacando la independencia de los avances alcanzados y exigiendo la continuidad laboral de los talentos consagrados y de los jóvenes investigadores.

20/12/2016. (Es una síntesis del desarrollado documento)
LA CIENCIA VICTIMA DEL PLAN ECONOMICO GUBERNAMENTAL
Después de las protestas de la comunidad científica en rechazo al ajuste que está aplicando el gobierno nacional, las autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) se sumaron al reclamo. El directorio del organismo difundió una declaración donde advierte que las restricciones presupuestarias previstas para el año que viene "tendrán importantes consecuencias negativas en las políticas públicas del sector de Ciencia y Tecnología de nuestro país". Salvo los funcionarios políticos designados por el gobierno de Mauricio Macri, ya se han manifestado contra el recorte actores de todos los niveles del sistema científico.
El malestar entre investigadores y becarios empezó a extenderse ni bien se conoció el proyecto de presupuesto 2017 confeccionado por el Poder Ejecutivo y luego aprobado por el Congreso. En 2016, el presupuesto para la función Ciencia y Técnica (CyT) fue de 24,89 mil millones de pesos. Para 2017, la cifra subirá a 31,72 mil millones, un incremento insuficiente para no perder frente a la inflación: para eso, serían necesarios unos 4 mil millones de pesos más. La función CyT cae, en términos de su participación en el PBI, del 1,53 al 1,34 por ciento. En particular, el Ministerio de Ciencia y la Agencia de Promoción Científica sufren un ajuste importante de recursos (superior al 50 por ciento), mientras que el Conicet es el único organismo del sector cuyo presupuesto no es recortado: crece un 3 por ciento en términos reales, lo que no alcanza para mantener la progresión de crecimiento que se venía cumpliendo en la última década.

(Ver la Declaración del CONICET en los medios públicos)

EL RECLAMO DE LA CIENCIA LLEGO AL CONGRESO

EL RECLAMO LLEGÓ AL CONGRESO
Con la entrega del petitorio “Defendamos la ciencia argentina” -que sumó más de 31.000 adhesiones- y una movilización frente al Congreso Nacional, la comunidad científica dio un nuevo paso en su reclamo frente a la disminución del presupuesto para el año próximo. Ahora se espera el tratamiento de Ley de Presupuesto General en la Cámara Baja.

Después de dos semanas de efervescencia en las redes sociales y resonancias diversas en los medios de comunicación, el reclamo ante el recorte presupuestario previsto para el sistema científico nacional tomó ayer forma concreta. Dos acciones marcaron el día, en primer lugar, la entrega del petitorio “Defendamos la ciencia argentina” ante las autoridades legislativas y, posteriormente, una movilización del sector, que confluyó en la Plaza de los Dos Congresos.A primera hora de la tarde, autoridades de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, encabezadas por el decano Juan Carlos Reboreda y el vicedecano Luis Baraldo, entregaron el petitorio con más de 31 mil adhesiones en el despacho del titular de la Cámara Baja, Emilio Monzó. El petitorio nació como iniciativa del Consejo Directivo de la Facultad y pronto diversos sectores del sistema científico se sumaron a sus reclamos, consiguiendo decenas de miles de firmas en poco más de dos semanas. El objetivo del documento radica en la posibilidad de torcer el destino del presupuesto para los ítem del Presupuesto General asociados a ciencia y tecnología, instando a diputados y senadores a que sea posible “garantizar la continuidad de los programas de investigación científica e innovación tecnológica en curso, el funcionamiento de los centros de investigación científica y tecnológica y la recomposición del poder adquisitivo de los salarios de investigadores, becarios y personal de apoyo”. Si bien las autoridades apelaron a la atención de representantes de todo el arco político a la hora de entregar el petitorio, fueron recibidos únicamente por los diputado del Frente Para la Victoria Axel Kicillof y Héctor Recalde.                                                                                                                Después de las 17 horas, el escenario se mudó a la Plaza de los Dos Congresos, donde se concentraron investigadores, técnicos, becarios y personal de apoyo de distintos sectores del sistema científico. “Para la Facultad, el recorte en el presupuesto de ciencia y técnica va a generar un impacto negativo importante en lo que hace a investigaciones en curso, ingreso a la carrera del investigador, futuros becarios. Consideramos que esto es una pésima señal para el sistema científico y que la totalidad de las consecuencia de estas medidas se ven en el mediano plazo”, declaró el decano de Exactas UBA, junto a la bandera de su Facultad.